Pasé ocho años en la Marina, la cual amé. Me encantaban los viajes, el mar y los barcos. Pero de algún modo sentía que me estaba faltando algo. Yo estaba en un camino, buscándole un significado a la vida, a mi vida. ¿Qué es lo que quería hacer con mi vida?
Entonces dejé la Marina, busqué un lugar a donde ir, y conocí un sacerdote que era un hombre santo. Si alguna vez en sus vidas encuentran una persona santa, quédense cerca porque no crecen de todos los árboles. Ese sacerdote era una persona cercana a Dios. Era el capellán de una pequeña institución para personas con discapacidades intelectuales. Yo estaba enseñando en St. Mike's en Toronto y él sugirió que yo fuera y conociera a la gente de allí. Descubrí un sentido que era llevarme a las personas de las instituciones, llevarme a las personas que estuvieran siendo maltratadas, empezar a vivir con ellos y celebrar la vida, ¡divertirnos!
Entonces dejé la Marina, busqué un lugar a donde ir, y conocí un sacerdote que era un hombre santo. Si alguna vez en sus vidas encuentran una persona santa, quédense cerca porque no crecen de todos los árboles. Ese sacerdote era una persona cercana a Dios. Era el capellán de una pequeña institución para personas con discapacidades intelectuales. Yo estaba enseñando en St. Mike's en Toronto y él sugirió que yo fuera y conociera a la gente de allí. Descubrí un sentido que era llevarme a las personas de las instituciones, llevarme a las personas que estuvieran siendo maltratadas, empezar a vivir con ellos y celebrar la vida, ¡divertirnos!
Jean Vanier, Charla inédita con estudiantes, Junio 2007
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