¿Qué es trabajar por la paz?

Trabajar por la paz en un país lejano puede ser una huída y un rechazo a mirar lo que está roto en uno mismo. Trabajar por la paz es acoger al que está cerca, al que irrita y enerva, al que tiene ideas diferentes, al que parece una amenaza, la que parece desvalorizarnos, al que despierta nuestras agresividades. No se trata de juzgarle ni de condenarle pues él también es un ser humano que busca la vida y la paz. No es un rival o un enemigo, sino ante todo un hermano o una hermana en nuestra común humanidad, herida como nosotros.
 

Jean Vanier, Cada  persona es una historia sagrada, P 196 

Desórdenes

Se produce un desorden cuando uno no puede poner sus competencias al servicio de los demás, sino únicamente al servicio de su propia gloria y del propio poder. Se produce un desorden cuando se tienen prejuicios, cuando se cometen errores de juicio sobre los demás, cuando somos incapaces de escuchar y de acoger a las personas diferentes a nosotros, a los extraños; cuando somos incapaces de perdonar. Se produce una cierta muerte interior cuando uno se encierra en sí mismo. La vida no fluye. Ya no se da la vida.
A veces la toma de conciencia de nuestra necesidad de cambiar proviene de la toma de conciencia de la gravedad de los conflictos en el mundo, en la sociedad, en el trabajo y en nuestra familia. ¿Está condenado el ser humano al conflicto continuo, al odio y a la guerra? ¿Es posible la paz? Trabajar por la unidad y la paz en el mundo comienza primero por uno mismo.

Jean Vanier, Cada  persona es una historia sagrada, P 196 

Todos necesitamos una comunidad

La comunidad no es algo excepcional: no es exclusivamente para una elite. Es una realidad que muchas personas viven a menudo sin desarrollarla; no llegan a profundizar ni a beneficiarse plenamente de ella. Las reuniones necesarias en una empresa pueden llegar a ser más amistosas y personales. En lugar de mirar a la secretaria como una máquina que hace cosas, se la puede contemplar como a una persona con un corazón. Desde que se comienza a amar y a respetar a las personas, se produce una alegría que se comunica y unos lazos que se estrechan. Desde que se comparte de un modo más personal, desde que nos comprometemos unos con otros, uno se vuelve responsable, se camina hacia la madurez humana; uno se hace más humano y se descubre la comunidad, se descubre la celebración. 

 

Jean Vanier , Cada persona es una historia sagrada, P193

Vivir en la verdad de uno mismo

El camino hacia la curación interior y la paz consiste en conocerse y en penetrar paulatinamente en esas tinieblas sin hundirse; en aprender a vivir las angustias sin caer en la depresión o en el desprecio de sí, sin dejarse invadir por sentimientos de culpabilidad, de muerte y de tristeza. Se trata también de continuar teniendo gestos que den vida a los demás, de trabajar por la justicia sabiendo que nuestras motivaciones siempre serán ambigûas. Se trata de reconocer esa ambigûedad, pues somos humanos. Encontrar la unidad interior es reconocer esas fuerzas inconscientes, descubriendo que la vida no está en el éxito exterior de los proyectos, en el reconocimiento de los demás o en la posesión de cosas y personas que llenen el vacío interior; es reconocer que la huida en las distracciones, la negación de la realidad, la necesidad de olvidar no pueden darnos vida. Sólo se puede encontrar la unidad con el deseo de vivir en la verdad: de afrontar la realidad de uno mismo y de nuestro exterior con confianza y humildad.
 

Jean Vanier, Cada  persona es una historia sagrada, P 199

El alimento más secreto

Cada uno debe encontrar su ritmo de oración... En lo más profundo de nosotros mismos, más allá de nuestras capacidades de acción y de comprensión, hay un corazón vulnerable, un niño que ama, pero teme amar. La oración silenciosa nutre estas zonas profundas. Es el alimento esencial para toda persona que vive en comunidad, porque es el alimento más secreto y más personal. 
Jean Vanier, Escritos Esenciales, p 43

El peligro de negar lo malo en nosotros

El gran peligro que tiene el ser humano es rechazar y negar lo malo y diferente que hay en su interior. El ser humano es complejo; es cuerpo y espíritu; es corazón e inteligencia; está en busca de comunión y de triunfo; está próximo a la tierra por su cuerpo, y cerca de lo universal por su inteligencia. Es tambien un ser con una historia. Tiene raíces en una familia, como niño ha sido amado y rechazado; en la vida ha tenido éxitos y fracasos; ha dado vida pero también se ha negado a darla. El ser humano es una mezcla de luz y tinieblas, de confianza y de miedo, de amor y de odio. La división se establece cuando se niega a mirar y a aceptar la realidad de su pasado, de sus heridas, de sus prejuicios, de sus miedos. Es como si reconocer todo lo oscuro y herido que hay en él fuera a provocar sentimientos intolerables de angustia y de muerte (...). La unidad interior se realiza progresivamente en la medida en que comenzamos a reconocer que ese mundo existe en lo más profundo de nosotros mismos.
 
Jean Vanier, Cada  persona es una historia sagrada, P 198 

La decepción

Muchos sufrimientos provienen de la decepción. Esperábamos algo que, según creíamos, nos aportaría una cierta felicidad, y ésta nunca llegó. Sólo vemos lo negativo que hemos recibido: una enfermedad, un niño deficiente. Entonces surgen la ira y la rebeldía. La sabiduría humana es el retorno a la tierra. No encerrarse en un ideal que hay que alcanzar sino aceptar la realidad tal y como es. Descubrir la sabiduría y la presencia de Dios en lo real. No luchar contra la realidad sino negociar con ella. Descubrir la semilla de la vida, las posibilidades ocultas en la realidad. (...) Es preciso que la esperanza se enraice en la acogida del presente. En esto radica la sabiduría budista, pero también la cristiana. Descubrir el mensaje de Dios en el instante presente, ser amigo del tiempo y de la realidad.

Jean Vanier , Cada persona es una historia sagrada, P 161

Dos tipos de ideales

Mi experiencia me muestra que hay dos tipos de ideales: uno que se concentra en la estructura, otro que es más dirigido hacia las personas. El primero tiende a ser combativo, buscando reformar estructuras sociales y confiar en una buena organización y forma de propaganda. El otro hace énfasis en la importancia de la escucha, la presencia y el cariño, cambiando un corazón a la vez. Los jóvenes que centran sus energías en las personas tienden a vivir más cerca de la realidad humana que aquellos que buscan cambiar a través de teorías, estructuras y una perfecta manera de vivir. Esto puede rápidamente convertirse en ideologías que chocan contra las personas en vez de llevarlas hacia una mayor libertad, sabiduría y compasión.
 
Jean Vanier , Cada persona es una historia sagrada, P 97

Oración personal

Cuando se vive en comunidad y lo cotidiano está repleto y es arduo, es absolutamente indispensable tener un momento de recogimiento en soledad, para rezar y para volver a encontrar a Dios en el silencio y en el reposo.  Sino, la "locomotora" de la actividad no se parará y uno se convierte en un molino de viento.
 
Jean Vanier , La Comunidad, P 204

Orar

Cuando se vive en comunidad y lo cotidiano está repleto y es arduo, es absolutamente indispensable tener un momento de recogimiento en soledad, para rezar y para volver a encontrar a Dios en el silencio y en el reposo.  Sino, la "locomotora" de la actividad no se parará y uno se convierte en un molino de viento.
 
Jean Vanier , La Comunidad, P 204

La oración juntos

La oración en comunidad es un alimento importante. Una comunidad que reza unida, que entra en el silencio y que adora, se apiña bajo la acción del Espíritu Santo. El grito que brota de la comunidad es escuchado de manera especial por Dios. Cuando unidos se pide a Dios un don, una gracia, Dios escucha y nos atiende. 
Jean Vanier , La Comunidad, P 211

Las comidas

La comida es una pequeña fiesta cotidiana, donde todos se reúnen alrededor de la misma mesa. Es una realidad maravillosamente humana, el momento donde se entremezcla la alegría del comer y beber, con la alegría del encuentro. 
Por este motivo, es oportuno evitar a toda costa las discusiones agresivas y las actitudes demasiado serias o pedagógicas en la mesa. La comida es el lugar de esparcimiento del cuerpo y del espíritu. La risa es excelente para la digestión. Los niños sufren graves trastornos si sus comidas no transcurren en una atmósfera de esparcimiento. Por mi parte, sé que las tensiones en la mesa me quitan el apetito y me estropean el hígado. 
Jean Vanier , La Comunidad, P 349

Convertirse en pan

Algunos no ven el alimento que pueden dar o no son conscientes de que pueden convertirse en pan para los demás. No creen que su palabra, su sonrisa, su ser, su oración puedan alimentar a los demás y devolverles su confianza. Jesús nos llama para dar la vida por los que amamos. Comiendo el pan convertido en su Cuerpo, nos convertimos nosotros también en pan para los demás.
 
Jean Vanier , La Comunidad, P 210

Convertirse en pan II

¡Otros, por el contrario, descubren que su alimento es dar a partir de una panera vacía! Es el milagro de la multiplicación de los panes: "Señor, haz que busque no tanto ser consolado, como consolar". A veces me sorprende descubrir que aunque me siento muy vacío en mi interior, soy capaz de dar una palabra de vida, o que estando angustiado, puedo transmitir la paz. Sólo Dios puede hacer tales milagros.
Jean Vanier , La Comunidad, P 210

Cuando sufrimos


Nuestros sufrimientos y penas pueden misteriosamente convertirse en alimento. Igual que nuestra pobreza e impotencia pueden llegar a ser sacramento y morada de Dios. Cuando todo nos sale bien y nos sentimos en lo alto de la escala del mundo, podemos fácilmente olvidarnos de Dios. Cuando sufrimos, le gritamos y Él responde: "Yo estoy aquí".
Hay una presencia de Dios en el sufrimiento que alimenta lo más profundo de nuestro ser.

 
Jean Vanier , La Comunidad, P 210

Dirigir a otros

Dirigir es juzgar la situaciones y tomar decisiones sabias. El juicio se hace siempre en función de ciertos criterios que representan la meta o la finalidad de la comunidad. Por esto, el responsable siempre debe tener delante de sí lo esencial, debe vivirlo y amarlo. El abad de un monasterio de vida contemplativa debe ser él mismo un hombre de oración, de contemplación. Los responsables de las comunidades de El Arca deben amar la compañía de las personas disminuidas y encontrar en ellas una fuente de vida. El responsable siempre es un modelo y muestra el camino más por su testimonio que por sus palabras.
 
Jean Vanier , La Comunidad, P 226

Responsabilidad y humildad

El responsable debe acordarse de que Dios escoge a hombres muy limitados: a Moisés, que mató a un egipcio; a Pedro, que negó a Cristo; a Pablo, que participó del martirio de Esteban. Quizá porque eran limitados y porque, desde un punto de vista humano, no eran dignos de confianza, eran humildes y, por tanto los mejores instrumentos de Dios,
Jean Vanier , La Comunidad, P 210

Una orquesta

Una comunidad es como una orquesta que toca una sinfonía. Cuando cada instrumento toca solo, está bien y es hermoso. Pero cuando todos tocan juntos, dejando uno al otros que se adelante, en el momento preciso, es aún mejor y más hermoso.
Una comunidad es como un parque lleno de multitud de flores, de arbustos, de árboles. Cada uno ayudo al otro a vivir. Todos juntos en armonia son un testimonio de la belleza de Dios, creador y jardinero.

 
Jean Vanier , La Comunidad, P 272

La vida, antes que las ideas

Existe siempre un peligro, como consecuencia de la necesidad de seguridad, de planificar una comunidad desde su comienzo, con todo lujo de detalles en lo que respecta a su vida, su organización y si espiritualidad. Son las ideas las que preceden entonces a la vida y la gobiernan. Pero el Espíritu Santo no siempre actúa de esa manera. Una comunidad que nace debe, ante todo, vivir. La vida tiene que preceder a los escritos y a las estructuras. La comunidad crece, profundiza, y evoluciona con el tiempo, bajo la inspiración del Espíritu Santo, evidentemente en una dirección y según unos principios claros que son los de su fundación; pero todo no debe ser planificado de antemano. Hay que distinguir lo accidental de lo esencial.  Cuando las personas entran en una comunidad, tienen una palabra que decir sobre su desarrollo; aportan sus puntos de vista y sus inspiraciones.
Jean Vanier , La Comunidad, P 122

Un tiempo para cada cosa

Los acontecimientos modifican la manera de hacer las cosas, y, poco a poco, se va forjando una visión común. Un plan demasiado detallado intelectualmente antes de que la comunidad comience puede, de hecho, ahogar el Espíritu, lo mismo que el deseo de permanecer abiertos a todo puede impedir su crecimiento. Hay un tiempo para cada cosa: un tiempo para la concepción, el nacimiento y el crecimiento. Después un tiempo para "releer" lo que se ha recibido y reflexionar. Dios nos da su corazón para que nos dejemos inspirar por su amor y su Espíritu, pero también un espíritu para que podamos leer, comprender, discernir y precisar por escrito y en las estructuras lo que nos ha dicho y lo que nos ha dado a través de nuestras vidas y nuestra historia.
Jean Vanier , La Comunidad, P 122

Querer todo a la vez

Hoy más que nunca la gente necesita comprender lo que es la comunidad, cuáles son las leyes de su crecimiento y profundización, cuál debe ser su alimento y cuáles sus peligros. Necesitamos tomar conciencia intelectualmente de ellos, pues estamos en un mundo tan influido por los medios de comunicación y por una cultura del éxito, por el placer y la independencia, que los valores de la comunidad son desconocidos. Muchos desean la comunidad por el placer de estar juntos pero rechazan las exigencias que conlleva la vida comunitaria. Quieren a la vez libertad y comunidad: la libertad para hacer lo que les plazca cuando lez plazca, y la comunidad por la alegría de compartir. ¡Nos se puede tener todo a la vez! Hay que elegir. Y para hacerlo hace falta claridad de ideas.
Jean Vanier , La Comunidad, P 123

Los fundadores

Uno de los pasos más importantes en una comunidad se da cuando el fundador o fundadora tiene realmente conciencia de que la comunidad no es un proyecto suyo sino de Dios; que no es más que un instrumento y que está llamado a desaparecer.
Se da cierta analogía con la autoridad ejercida por los padres. Al principio hacen todo por sus hijos, pero poco a poco el padre y la madre se convierten en amigos con los que dialogar; pueden incluso llegar a ser sus hijos cuando se hacen viejos. Un padre debe estar preparado constantemente para abandonar cierta actitud de posesión. Debe estar preparado para dejar crecer la vida del hijo, y no para ahogarla. Del mismo modo, el fundador de una comunidad debe aprender poco a poco a desaparecer y no a defender su autoridad.

 
Jean Vanier , La Comunidad, P 125

Las pruebas

A menudo cuando una comunidad está a punto de desmembrarse es cuando las personas empiezan a aceptar el diálogo y a mirarse a los ojos, pues se percatan de que es cuestión de vida o muerte hacer algo definitivo y radicalmente diferente. Frecuentemente es necesario llegar hasta el fondo del abismo para alcanzar el instante de verdad, reconocer la propia pobreza, la propia necesidad de unos y de otros y pedir socorro a Dios.
Las pruebas que quebrantan una seguridad superficial liberan muchas veces nuevas energías que hasta entonces estaban ocultas. A partir de estas heridas renace la esperanza.

 
Jean Vanier , La Comunidad, P 132

Significado de "crisis" en chino

He aprendido que, en chino, la palabra crisis quiere decir ocasión y peligro. Toda tensión, toda crisis, puede ser ocasión de vida nueva si la abordamos con sabiduría; si no, puede traer consigo muerte y división.
 
Jean Vanier , La Comunidad, P 133

La vida está en el presente

La vida no está en los recuerdos y en la nostalgia del pasado; no está en los sueños ilusorios del porvenir separados de lo real. Está aquí y ahora en la acogida del presente, en la comunión con la tierra, el universo, las personas, uno mismo, y surge de la realidad.
 
Jean Vanier , Cada  persona es una historia sagrada P 161

La verdad, aunque genere conflictos

La sanación profunda del ser humano tiene lugar cada vez que éste opta por la verdad y la justicia y sigue su conciencia profunda, aun a costa de que surjan conflictos, incluso con el riesgo de perder algo y de encontrarse solo. 
 
Jean Vanier , Cada  persona es una historia sagrada P 163

Compartir las debilidades

Me sorprende como el compartir nuestras debilidades y dificultades con los demás ayuda más que compartir nuestras cualidades y éxitos. En la comunidad, hay una tendencia al desaliento. Creemos que los demás son mejores que nosotros, o que no tienen que hacer frente a los mismos problemas. Descubrir que todos estamos en el mismo barco y que todos tenemos los mismos temores y cansancio, nos puede ayudar a continuar. A la gente le hace bien la humildad, porque la humildad es la verdad.
 
Jean Vanier 

El don de los más débiles

El contacto con personas que son débiles y están suplicando comunión y encuentro, es una de las fuentes de alimento espiritual más importante de nuestra vida. Cuando nos permitimos ser tocados por el don de su presencia, ellos dejan algo valioso en nuestro corazón. Si permanecemos en el nivel de "hacer" algo para la gente, podemos quedarnos detrás de nuestras barreras de superioridad. Tenemos que acoger el don de los pobres con las manos abiertas.
Jean Vanier 

Celebrar, un canto de esperanza

La celebración es como un canto de esperanza. Para celebrar es necesaria una esperanza, la esperanza de la belleza y de la bondad del ser humano y de la capacidad de cada uno a abrirse al amo. Al mismo tiempo, la celebración hace crecer dicha esperanza.

Jean Vanier , Cada persona es una historia sagrada, P193

El secreto del corazón de cada uno


La única jerarquía que prevalece es la del amor y ésta está oculta (¿es una jerarquía entonces?). Es el secreto del corazón de cada uno. El hombre encarcelado puede ser más amoroso que el guardián o el juez; la persona con una deficiencia más que su educador; el inmigrante más que el ministro del interior. Al final de nuestra vida seremos juzgados según nuestro corazón, no nuestros vestidos o por las máscaras impuestas por la sociedad, ni según nuestros miedos; seremos juzgados por lo que somos y no por nuestras funciones. Jesús recuerda con fuerza que lo que es importante no es el vestido sino el corazón.

 
                                                                                              Jean Vanier, Amar hasta el extremo, P 94

El valor de la presencia y el tacto


Durante un tiempo viví en el hogar La Forestiere. Este hogar acoge a diez personas con una deficiencia muy profunda, como Loic. Nunguno habla. Muchos no andan y no pueden alimentarse solos. Todos han sido heridos por el abandono. Lo esencial, al vivir con ellos, es revelarles su valor y su belleza, cambiarles la imagen negativa que tienen de sí mismos por una imagen positiva, comunicarles el gusto por la vida. Esta comunicación se realiza, esencialmente, a través de la presencia y del tacto, mediante el lenguaje no verbal.

Jean Vanier , Amar hasta el extremo, P 110

Los hongos en los pies de Pierre

Hace algunos años acogimos a Pierre, un hombre que tenía un comportamiento imposible cuando llegó, con reacciones temperamentales. No quería comunicarse, estaba encerrado en sí mismo. Descubrimos que tenía hongos en los pies. El doctor le prescribió un tratamiento y pidió a los responsables del hogar que le lavaran los pies tres veces al día. A partir del momento en que le tocamos los pies con ternura y competencia, Pierre comenzó a abrirse, a comunicarse con paz y a cambiar de actitud. ¡Lavar los pies a alguien no es un gesto superficial!

Jean Vanier , Amar hasta el extremo, p 110

El cuerpo, lugar de Dios


Cuando viví en el hogar La Forestiere, descubrí también el sentido y la importancia de las palabras de Pablo: "¿No sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios?¡...Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo!". Si el cuerpo es de verdad el lugar en el que Dios habita, una tierra sagrada, esto transforma profundamente la relación. Uno toca a las personas con más respeto todavía. Uno comprende que la vida de cada una de ellas es sagrada. Lavando los pies de sus discípulos y pidiéndonos que hagamos lo mismo, Jesús está indicándonos la importancia que tiene el encontrarse con el cuerpo del otro con sencillez, dulzura y ternura, pues ese cuerpo es valioso: es una persona. 
 
 
Jean Vanier , Amar hasta el extremo, P 110

Autoridad: ayudar a crecer

La palabra autoridad viene del latín augere, crecer. La autoridad parental, civil, religiosa, comunitaria, está ahí para ayudar a las personas a crecer hacia la libertad, la justicia y la verdad.  Sin embargo, con demasiada frecuencia, se ejerce para el honor y la gloria del responsable, para los privilegios y para la imagen positiva de sí que de ella se obtiene. Al lavar los pies, Jesús invita a ejercer la autoridad con humildad, como un servidor.
Jean Vanier, Amar hasta el extremo112

A los padres


Muchos niños no han tenido padres afectuosos. Algunos sólo han conocido a un padre autoritario, que todo lo controla, que suprime su libertad, que no pretende comprenderles ni animarles: o, al contrario, un padre demasiado ausente, que no se interesa por ellos. Otros han tenido una madre depresiva o posesiva, con tendencia constante a impedirles crecer para que fueran siempre "pequeños", atados a ella: hace mal. El niño no soporta una autoridad que no asegure y que no se ocupe de su crecimiento, de su libertad y de su felicidad. Para vivir y crecer armoniosamente, necesita una autoridad que le ame y le respete, que le de referencias claras y una seguridad real. Cuando un niño ha sufrido los efectos de una mala autoridad, de grande tendrá dificultades para ejercerla bien.

 
                                                                                              Jean Vanier, Amar hasta el extremo,  112

Simplemente una persona

Cuando Jesús se quita las vestiduras para lavar los pies a sus amigos, se sitúa más allá de una función y de cualquier nivel social (…). Quiere manifestarse a sus discípulos como una persona y solamente como una persona. Antes de ser el Maestro y el Señor, es un corazón que quiere encontrarse con corazones, un amigo que quiere encontrarse con amigos, una persona amante que desea vivir en el corazón de sus amigos.
En este ámbito del corazón, todos los hombres y mujeres son semejantes. No existe una jerarquía visible. Las personas con o sin deficiencia visible, pobres o ricos, jóvenes o mayores, negros o blancos, enfermos de sida o sanos; todos son iguales, todos poseen la misma dignidad; todos son personas cuya historia es sagrada. Cada una es importante, es única. 
Jean Vanier, Amar hasta el extremo, P 93.

Los pobres en inteligencia

La vida en el Arca me ha puesto de manifiesto que muchas personas pobres en inteligencia tienen un corazón humilde y amoroso, abierto al mensaje de Jesús, mientras que otras, dotadas de inteligencia y de sabiduría, son intolerantes, están llenas de sí mismas y de prejuicios con respecto a las personas "diferentes". 

 Jean Vanier, Amar hasta el extremo, P 83

El desánimo de la persona con discapacidad

Las personas con una deficiencia se desaniman con mucha frecuencia. Durante demasiado tiempo, han sido causa de decepción, considerados por su entorno como "fallos de la naturaleza", sin valor. Estas actitudes despreciativas les han llevado a perder confianza en sí mismos, a considerarse como faltos de belleza y utilidad, a veces incluso a sentirse culpables de existir. Para poder ayudarles, igual que para apoyar a toda persona desanimada, hay que tener confianza en sus posibilidades de crecimiento, estar atentos a su mirada, y amarles. 

Jean Vanier , Amar hasta el extremo, p 82

La asfixia del corazón


Nuestra sociedad acentúa nuestra necesidad de independencia y de autonomía mediante la competitividad y la fuerza, y esto constituye un verdadero peligro: el de hacernos olvidar que cada uno de nosotros somos ante todo un ser de relaciones, llamado a abrirse a los demás, a servirles. Cada uno está llamado a ser responsable de la creación de un mundo en el que haya fundamentalmente solidaridad y amistad. El repliegue sobre uno mismo conduce a una asfixia del corazón, de todas las energías de amor, a una indiferencia con respecto a los otros que genera grandes desigualdades entre fuertes y débiles. Esto provoca envidias, odios, guerras y muerte.

Jean Vanier , Amar hasta el extremo,  P 81

La fe en Dios

La fe permite que se desarrolle la conciencia personal de un niño. Le permite ser él mismo, descubrir que no sólo sus padres lo aman y que, independientemente de lo que otros piensen sobre él o quieran para él, él es muy valioso. Le permite desarrollar su libertad interior. No tiene necesidad de vivir sólo en las opiniones de los demás y a través de ellas para probarse a sí mismo y autosatisfacerse. En poco tiempo, vive más cerca de la comunión.
 

Jean Vanier, Cada persona es una historia sagrada

Algo que falta

Pasé ocho años en la Marina, la cual amé. Me encantaban los viajes, el mar y los barcos. Pero de algún modo sentía que me estaba faltando algo. Yo estaba en un camino, buscándole un significado a la vida, a mi vida. ¿Qué es lo que quería hacer con mi vida?
Entonces dejé la Marina, busqué un lugar a donde ir, y conocí un sacerdote que era un hombre santo. Si alguna vez en sus vidas encuentran una persona santa, quédense cerca porque no crecen de todos los árboles. Ese sacerdote era una persona cercana a Dios. Era el capellán de una pequeña institución para personas con discapacidades intelectuales. Yo estaba enseñando en St. Mike's en Toronto y él sugirió que yo fuera y conociera a la gente de allí. Descubrí un sentido que era llevarme a las personas de las instituciones, llevarme a las personas que estuvieran siendo maltratadas, empezar a vivir con ellos y celebrar la vida, ¡divertirnos!

Jean Vanier, Charla inédita con estudiantes, Junio 2007

La humillación

¿Con cuánta frecuencia hablamos sólo para herir al adversario, para hacerle daño, difamarlo, ridiculizarlo? ¿Acaso no estamos deseando aprovecharnos de cualaquier oportunidad para humillar? El poder que se obtiene humillando a otros, y no a través de la irradiación de nuestra bondad, sabiduría y previsión personal, conlleva las semillas de su propia destrucción.

 

Jean Vanier - "Eruption to hope" (Erupción a la esperanza), citado en Escritos Esenciales P 70

Cinco actitudes frente a la discapacidad

Jean Vanier observa cinco actitudes diferentes en las sociedades occidentales hacia las personas con discapacidades intelectuales. 
La primera consiste en ver la discapacidad como una señal de desorden que se ha de suprimir. 
"Esta actitud persiste hoy, como vemos en los altos índices de aborto selectivo de niños no nacidos que han sido diagnosticados con una discapacidad. Por ejemplo, ahora en Francia es muy difícil que las mujeres decidan seguir adelante con el embarazo de un feto con síndrome de Down debido a la presión que ejercen sobre ellas los médicos para que aborte" (JV- Conferencia inédita)
La segunda se ve con frecuencia: esta "actitud calificada como caritativa se caracteriza por la lástima y quienes cuidan de los pobres son considerados santos por la gente en general". 
La tercera actitud es la que adoptan las personas y los profesionales que reconocen con respeto y compasión que las personas con discapacidades son "realmente seres humanos que pueden crecer y progresar". El resultado es un cuidado competente y atento, escuelas integradas, oportunidades de trabajo y una vida independiente. 
Vanier sugiere una cuarta actitud, menos común, que "ha surgido de la tercera": consiste en caer en la cuenta de que "cuando te relacionas con personas con discapacidades puede suceder algo bueno". Puede brotar la comunión y se puede disfrutar de una amistad auténtica e incluso transformadora.
Vanier elije con cuidado sus palabras para describir la quinta actitud: "Algunos descubren que las personas con discapacidades pueden llevarlos hacia Dios. Son un camino que conduce hacia una experiencia de Dios. Las personas con discapacidades son necesarias para la totalidad del cuerpo, de la humanidad". Este proceso, aclara Vanier rápidamente, "humaniza la discapacidad, no la espiritualiza". 

 Carolyn Whitney-Brown, "Escritos Esenciales de Jean Vanier" P 49

 

Celebrar

Definitivamente, los festejos cumplen un rol para ayudar a las personas a aceptar los sufrimientos del día a día ofreciéndoles la posibilidad de relajarse y dejarse llevar. Mirarlos sólo como una forma de escapismo es no entender la naturaleza humana. Nuestro corazón humano necesita ir más allá de las limitaciones y frustraciones diarias del trabajo. Tenemos sed de una felicidad que parece inalcanzable en la tierra. Anhelamos lo infinito, lo universal, lo eterno -algo que nos de un sentido a la vida y sus fastidiosas rutinas diarias-. Una fiesta  es un signo del reino de los cielos.  Simboliza nuestras más profundas aspiraciones,  una experiencia de comunión total.

                                                                                 Jean Vanier, La Comunidad p. 314

Un tiempo de amistad

La adolescencia es un tiempo de amistad. Los amigos construyen un puente entre la calidez y la protección de la familia, y la nueva y aún no seleccionada tierra en la cual echarán sus raíces. La amistad es preciosa. Abre el corazón, da seguridad y permite que la gente tome riesgos. 

 

Jean Vanier - Cada persona es una historia sagrada, P 96

Celebrar en familia

¡Es tan importante para una familia celebrar todos juntos!
Es muy importante para los niños reír, jugar y cantar con sus padres y verlos felices de estar juntos.
 

                                                                                              - Jean Vanier, La Comunidad p.315.

No es lo mismo

No es lo mismo escuchar una palabra viva que brota del corazón de alguien que leer el mismo mensaje de un libro. Cuando se escucha a una persona, es una vida y un espíritu los que se comunican. Dios se sirve de esta palabra viva para dar la vida. 
Los que anuncian la palabra deben recordar que no están llamados a dar buenas ideas sino a comunicar la vida y revelar la comunión. 
Se dice a veces que para las personas con una deficiencia habría que reemplazar la palabra por la música, las imágenes y los mimos. Es cierto que muchos no comprenden las ideas abstractas, pero son sensibles al idioma del amor que brota del corazón. Me impresiona ver sus rostros tan atentos cuando escuchan al padre Thomas en la Eucaristía. 
La palabra puede convertirse verdaderamente en un sacramento que transmite la luz y la presencia de Jesús. Didier, deficiente mental profundo, me decía: "Cuando el padre Gilbert hablaba, mi corazón estaba ardiendo".

Jean Vanier, La Comunidad, p190
 

Los primeros tiempos en una comunidad

Para los que han estado viviendo solos, el primer mes en una comunidad es generalmente eufórico.  Todos los que les rodean les parecen santos; todos tienen un aspecto feliz. Luego, al segundo mes, todos ellos son unos demonios. Tienen motivaciones ambiguas, todos son más o menos hipócritas, y tan glotones que se eligen precisamente la porción de carne que a mí me apetecía. Cuando tengo ganas de estar en silencio, hablan y cuando me apetece hablar, me cortan la palabra con la mirada. ¡Es una conspiración!
Al tercer mes, no son ni santos ni demonios. Son unas personas que se han juntado para luchar y amar juntas. No son ni perfectos ni imperfectos. Son como todo el mundo, una mezcla de ambas cosas. Están creciendo, lo cual quiere decir que el bien está en el crecimiento, y que el mal es lo que impide crecer. (Desgraciadamente, para algunos el "segundo mes"es tan fuerte que abandonan).
Esta es la realidad. Debemos aceptar que el crecimiento nos lleva del egoísmo al amor, de "la comunidad para mí" al "yo para la comunidad"; es un camino largo y a veces árduo, empedrado de alegrías y sufrimientos.  Un camino que empieza aceptando nuestras diferencias y aprendiendo a conocernos unos a otros. ¿Qué es lo que proporciona paz a un determinado miembro de la comunidad? ¿Qué es lo que le levanta el ánimo? ¿Qué es lo que le hiere? ¿Qué es lo que le sosiega? ¿Qué es lo que le irrita?  Todo es importante cuando vivís con alguien (...). Debemos ser sensibles a lo que necesita el otro. Ahí empieza la comunidad. Y muchas veces con pequeños detalles manifestamos que los demás son importantes: acordarse del cumpleaños, del día del santo, servir bien la mesa y barrer, arreglar las flores... Todo puede transformarse de ley, a comunión y  don, puesto que una comunidad empieza por las cosas materiales. 

 

Jean Vanier, No temas amar, p 66
 

Animarse al compromiso con el otro

Las personas notan cuando un pastor se preocupa por ellas. Si algunos padres sacrifican una promosión profesional para estar más presentes en el hogar, lo notan sus hijos. Las ovejas notan si el pastor está comprometido con todos, o solo con uno o dos "interesantes". Ciertos profesores se ocupan más de unos pocos alumnos aparentemente más inteligentes, y no se interesan por los humildes, por los cojos, por los que están heridos y por los que sufren, que en realidad les necesitan más que los otros.

El buen pastor también llama a su rebaño a la libertad, de modo que cada uno descubra su carácter único, su creatividad, su compromiso. En ocasiones esto puede asustar, porque la gente puede dispararse en todas las direcciones. Pero cuando se entra en una clase y todo está en orden, o en un dormitorio y todo está impecable, sin que haya nada en el suelo ni en la pared, hay algo que no marcha. Los hombres no son ordenados por naturaleza. Tienen sed de creatividad y de libertad. Quizás necesitan que haya un poco de desorden. No son máquinas de sacar brillo para que se "felicite al pastor" (...).

Recuerdo a una mujer que tenía un hijo de quince años con grande deficiencias físicas. Durante toda su vida le había lavado, le daba de comer y cuidaba de  él. Un padre de la parroquia fue a visitarla y le dijo: "Esta es la cruz que debe usted llevar. Yo rezaré por usted". Pero no volvió nunca a ofrecerse a ayudar a la madre, para que ella pudiera descansar siquiera una vez, al cabo de treinta años. Hubiera hecho mejor no diciendo nada, o simplemente llorando con su madre, para hacerle experimentar su compasión y que se sintiera comprendida. 
Solamente Jesús puede curarnos de nuestro egoísmo y darnos fuerza, amor, paciencia, ternura, comprensión y capacidad para escuchar a las personas heridas. Sólo Él puede enseñarnos a ser buenos pastores. Solo Él puede transformar nuestros corazones de carne, para que no nos asuste decir: "Ustedes son mi pueblo, los amo y me comprometo con ustedes".


Jean Vanier - No temas amar. P 62

Estar a disposición

Amar al propio "rebaño" no es atracarle de golosinas. Es estar diespuesto a sacrificar la propia reputación y a sacrificarse a sí mismo. Es comprometerse con él, y no esconderse tras de una ley o bajo cualquier pretexto para esquivar el compromiso.
El "rebaño" nota muy pronto si alguien se entrega a él de verdad; si está abierto y dispuesto siempre a escuchar. Un pastor que no permite a sus ovejas llamar a su puerta más que de dos a cuatro, del  martes al viernes, no es un buen pastor. La gente vendrá el sábado, entre la medianoche y la una de la madrugada. Siempre vendrán cuando uno no quisiera que viniesen, cuando uno está ocupado o en medio de la noche; porque es que lo están pasando mal; y vendrán, si saben que el pastor siente una honda preocupación por ellos y por sus necesidades. El buen pastor está siempre a disposición de recibirles; abierto siempre porque siente inquietud por sus ovejas, y dispuesto a dar su vida. El buen pastor no tiene vacaciones; cuando descansa, sostiene a su pueblo. 

Jean Vanier, "No temas amar", p 59

El conocimiento que nos falta

Nuestro mundo moderno tiene un poder y unos conocimientos fantásticos. El hombre ha conquistado la luna, ha penetrado en el secreto de la materia y ha descubierto inmensas energías. Sí, poseemos unos conocimientos asombrosos. Pero nos falta el único conocimiento auténticamente necesario para la supervivencia de la raza humana: cómo transformar la violencia y el odio en ternura y perdón; cómo poner fin a la escalada de agresividad contra el débil; cómo ser capaces de ver las diferencias como un valor, en lugar de verlas como una amenaza; cómo hacer que las personas dejen de envidiar a los que más tienen, e incitar a éstos a compartir con quienes tienen menos. El verdadero problema de hoy es el desarme; no sólo en el nivel internacional, sino también en el nivel de nuestra agresividad personal. ¿Pueden los hombres y las mujeres derribar las barreras de los prejuicios y el miedo que separan a los grupos y las razas y crear un solo pueblo? ¿Estamos condenados a la guerra o es posible la paz?

                                                                                "Escritos Esenciales de Jean Vanier", P 67

La bomba sobre Hiroshima

Recuerdo lo que sucedió el 6 de agosto de 1945. Me encontraba en la Marina y aún me acuerdo de las imágenes del increíble hongo que se elevó sobre Hiroshima y, tres días después, sobre Nagasaki. En aquel momento tomamos clara conciencia de la capacidad de la humanidad para autodestruirse. No hace mucho tiempo viajé a Japón y aproveché la oportunidad para visitar el Memorial de la Paz de Hiroshima, que en realidad es un monumento conmemorativo de la guerra. Vi las imágenes de la devastación causada por una bomba que mató a más de cien mil personas. Pienso que la humanidad es hoy consciente de que con treinta mil misiles y cabezas nucleares podemos destruir toda la vida sobre la tierra. 
Por eso, pienso que la lección fundamental que se debe dar a los seres humanos es cómo llegar a ser hombres y mujeres de paz, de forma que puedan convertirse en hombres y mujeres de esperanza. 

 

"Escritos Esenciales de Jean Vanier", p 63

¿Qué es conflicto?

Hoy el conflicto es muy peligroso para nuestro espíritu. Cuando uso la palabra "conflicto",  no estoy hablando sólo sobre guerra o armamentos. Estoy refiriéndome a formas más sutiles de conflicto, como cuando una persona discapacitada no es escuchada o cuando es internada en una institución y, una vez allí, no se le ayuda a desarrollarse. También esto es conflicto, es aplastar a las personas. En todas partes hay personas oprimidas. Lo vemos en Cisjordania, en Sudáfrica, en Norteamérica, en Sudamérica y en China, y en personas concretas que han sido rechazadas y son subyugadas, de modo que no se permite que su vida se desarrolle.

 "Escritos Esenciales de Jean Vanier" P 63

 

Creer que cada persona es importante

El principio fundamental de la paz es la creencia en que toda persona es importante. Aunque no puedas hablar, aunque no puedas caminar, aunque hayas sido abandonado, tienes un don que dar al otro. ¿Crees que eres importante? ¿Crees -creemos todos- que podemos hacer algo para que este mundo sea un lugar mejor? ¿Por qué  crece cada vez más el abismo entre ricos y pobres, entre quienes tienen poder y quienes no lo tienen? Sólo podrá haber paz si tomamos conciencia del origen de este abismo creciente. 

                                                                                              "Escritos esenciales de Jean Vanier", P 62.

La risa

La risa es un alimento importante. Es terapéutico y alimenticio que la comunidad estalle de risa hasta llorar. No se trata de reírse "de" sino de reir "con".
 
Jean Vanier, La Comunidad, p 187

Nos necesitamos unos a otros

En el Arca vivimos junto a personas con una discapacidad mental y "asistentes", personas que quieren compartir su vida y ser sus amigos. Vivimos en pequeñas casas integradas en pueblos o en un barrio de una ciudad. Las personas débiles necesitan evidentemente a  personas más fuertes que estén con ellas. Pero en El Arca hemos descubierto con la misma evidencia que lo contrario también es verdad: las personas más fuertes necesitan a las más débiles. Nos necesitamos unos a otros.
 

"Escritos Esenciales de Jean Vanier", p 108

 

Lo bello que hay en nosotros

Las personas débiles y vulnerables pueden hacer resurgir lo más bello y luminoso que hay en las personas más fuertes; les invitan entonces a abrir su corazón y su inteligencia a la compasión, a amar inteligentemente y no sólo de una forma sentimental. Los más débiles invitan a los que están más dotados a descubrir su humanidad, a abandonar el mundo competitivo, para poner sus energías al servicio del amor, de la justicia y de la paz; a asumir mejor sus propias debilidades y sus fragilidades, que intentan ocultar a menudo detrás de máscaras. 

 "Escritos Esenciales de Jean Vanier" P 108

 

 

Mi amistad con Loic

Hace algunos años acogimos a Loic en un hogar de nuestra comunidad de Trosly-Breuil (Francia). En la actualidad Loic tiene unos cuarenta años, pero su aspecto es el de un niño de cinco años. Es pequeño y débil: no habla, su capacidad de comprensión es muy limitada. Pero Loic tiene un corazón sensible y lleno de amor; detecta enseguida si el corazón de la persona que está junto a él está abierto, atento y con amor. Yo he vivido durante un año en el hogar La Forestiêre con Loic: en estos momentos me siento muy unido a él por el corazón. Él me llamó a la escucha y a la ternura; abrió mi corazón y la inteligencia de mi corazón. Aunque todavía tuviera tensiones en mi interior, él derribó mis mecanismos de defensa, mi deseo de éxito y mi necesidad de tener siempre razón en las discusiones. 

                                                                                             "Escritos esenciales de Jean Vanier", P 109.

El corazón

El corazón, el corazón metafísico, raíz y base de toda relación, es lo más profundo que hay en nosotros. Es mi corazón el que se une a otro corazón, el que me llama a salir de un grupo cerrado y fijo, fuente de marginación, para conducirme al encuentro con los demás, para amarles tal y como son, con sus diferencias. 
(...) Cuando hablo del corazón, no me refiero a emociones vagas, sino al fondo de nuestro ser, a ese lugar íntimo donde siempre podemos ser más verdaderos y más capaces de amar, más fieles y llenos de vida. Nuestros corazones pueden llegar a ser de piedra o convertirse en corazones de carne. Tenemos que encontrar lo que los alimenta y da fuerzas, con el fin de poder ser más sensibles con los demás, con sus necesidades, su grito, su sufrimiento, su ternura y sus dones. 

                                                                                "Escritos Esenciales de Jean Vanier", P 137

Pertenecer

Todos necesitamos pertenecer a algo; necesitamos amigos. Pertenecer es parte del ser humano. Para tomar la decisión consciente de ser parte de un grupo de personas con una visión de verdad, justicia y amor, un grupo que lucha para que la diferencia entre ricos y pobres sea más corta, necesitas estar con otros a tu lado.
Para trabajar por la paz, trabajar por una sociedad más justa, necesitamos trabajar con otras personas.
Existe una pertenencia que no nos encierra;  sino una pertenencia que me libera para hacer lo que está en lo más profundo de mí.


Jean Vanier, Conversación inédita con estudiantes, Junio 2007

 

Pastores unos de otros

De una manera o de otra, cada uno de nosotros es un pastor. Los padres son pastores para los hijos; un profesor lo es para sus alumnos; un sacerdote para sus feligreses. Un amigo puede ser, con frecuencia, un pastor para su amigo, pues ambos se ayudan mutuamente. A todos se nos llama a ser pastores, pues todos somos responsables unos de otros.
(...) Es importante para nosotros ahondar en lo que significa "ser pastor"; entender el compromiso que implica serlo; descubrir la responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros, cualesquiera que fueren nuestra edad o nuestra función. A todos se nos llama a la felicidad y al compromiso, aunque sólo sea un compromiso entre amigos. El amigo nota si su amigo se ha comprometido.
Es importante considerar de qué manera es Jesús pastor, para descubrir cómo debemos serlo nosotros. Una de las causas de que reine tanta confusión en el mundo es precisamente la excesiva falta de buenos pastores, profundamente comprometidos con las personas.
 
Jean Vanier, "No temas amar" P 55

La comida, la primera celebración

El primer acto de comunión que cada uno ha vivido es el de beber en el seno de su madre, la cual se regocijaba en su cuerpo y en su corazón. Alimentarse juntos es signo de comunión y de amistad. La comida es la primera de las celebraciones. 
   - Jean Vanier, Cada persona es una historia sagrada p 191

Mecanismos de defensa

A menudo noto enojo y una cierta defensiva brotar en mi cuando estoy en una discusión con alguien que tiene visiones intelectuales, políticas, sociales, filosóficas o religiosas distintas a la mía, especialmente si no hay comunión o amistad que nos una. Puedo sentir como cambia el tono de mi voz. Ya no es más un tono de bienvenida, franqueza, escucha y ternura, sino un tono más bajo, más agresivo. ¿De dónde vienen estos mecanismos de defensa? ¿Brotan de un miedo a que sea demostrado que estoy equivocado, a estar cometiendo un error, a ser criticado? ¿Miedo a que la otra persona esté tocando prejuicios irracionales en mí? ¿Miedo a que piensen que estoy encerrado en una ideología que sirve a mi propósito?
- Jean Vanier, Cada persona es una historia sagrada p.68

Sentirse amado por Dios

Recuerdo que cierto día recibí una carta de una joven que tenía la sensación de no haber sido amada nunca. Me decía que, de niña, siempre tuvo la impresión de haber sido concebida por equivocación, de no haber sido nunca deseada. Sus padres sólo hablaban de su hermano o de su hermana, pero nunca de ella, como si no existiera; tenía la sensación de haberles molestado siempre y de no ser bienvenida en ninguna parte; por eso sentía una herida permanente. Me escribía: “Cuando iba al colegio, todo el mundo, menos yo, tenia amigos. Y me daba la impresión de que ningún hombre podía amarme”. Luego proseguía: “Un día, cuando iba por un bosque, me senté junto a un árbol, y de repente me embargo la certeza de ser amada por Dios”. Algo brotó en ella, descubrió que era importante, preciosa a los ojos de Dios. Es una experiencia muy fuerte, y tanto más cuanto que se trataba de una persona que tenía la impresión de no haber sido amada nunca. Era un conocimiento de Dios nuevo e inmediato, que, a la vez, lo cambiaba todo y no cambiaba nada. Es importante comprender que esta experiencia del amor de Dios, lo cambia todo y, a la vez, no cambia nada.

 - Jean Vanier, La fuente de las lágrimas, 

¿Fallos de la naturaleza?


Nuestra sociedad considera que las personas con una deficiencia mental con como "fallos" de la naturaleza, los considera "infrahumanos". El nacimiento de un niño con una deficiencia es un drama para la familia.
En El Arca hemos descubierto el corazón, la capacidad de amor de esas personas que nos muestran nuestra humanidad. Vivir con ellas a veces es difícil, pero esta vida en comunidad nos transforma y nos ayuda a descubrir lo esencial. Venimos para ayudar a los más débiles, pero descubrimos que son ellos los que nos ayudan. 

Jean Vanier  - Amar hasta el extremo, P 8.

La ternura en el tacto

Como consecuencia de la ceguera y la sordera de Éric, nuestra relación sólo podía realizarse a través del tacto, un tacto lleno de ternura y delicadeza, un tacto que le afirmara, que le revelara que era amado y apoyado, que estaba seguro. Había que pasar mucho tiempo con el cuerpo de Éric; había que bañarlo, ayudarle a comer, tomarlo por las rodillas, pasearlo y jugar con él. Y quizás, poco a poco, iría tomando confianza, descubriría que era digno de ser amado y capaz de hacer progresos, que tenía un valor. Desde hace cinco años que está en El Arca. Éric se ha vuelto más tranquilo. Igual, sigue perturbado; en su interior hay todavía muchas puertas cerradas.
                                                                Jean Vanier, Hombre y mujer los creó, p 32.

La humillación


La humillación es algo bueno. Nos pone en contacto con nuestro verdadero yo, nuestra pobreza. Y solamente la verdad nos puede hacer libres. Es sólo cuando aceptamos reconocer y mirar el mundo de sombras dentro de nosotros cuando podemos empezar a viajar hacia la libertad. Después, tal vez, descubrimos que el enemigo no es el otro, el extraño, sino nuestros propios demonios internos. El enemigo está dentro de nosotros. El problema no es con la otra persona; está en cada uno de nosotros. 
- Jean Vanier, Cada persona es una historia sagrada pp.78

La soltería vivida en comunidad

A pesar de todas las riquezas humanas que se pueden encontrar en una verdadera vida comunitaria, ésta nunca puede llenar totalmente un corazón humano. Siempre habrá sufrimiento procedente de la falta de una intimidad más completa con alguien y de la renuncia a la paternidad o a la maternidad. Incluso cuando se tiene una amistad privilegiada, el hecho de la renuncia a intimidades más totales constituye una insuficiencia. Se renuncia porque se tiene conciencia de no poder vivir hasta el final, y de verdad, las exigencias que implica el darse uno al otro. Se renuncia para ser fieles a los deseos de Dios.
 - Jean Vanier, Hombre y mujer los creó, p 148

Mi experiencia de celibato

Mi experiencia personal me demuestra claramente mi necesidad de la comunidad, y mi necesidad de la oración para vivir el celibato. Cuando estoy en mi comunidad, con aquellos y aquellas a quienes amo, y que se que me aman, estoy completamente en paz. Hay unidad en mi interior. Puedo amar con el corazón, sin temor al desconcierto ni a la división. Durante los encuentros personales hay a veces una gran paz y un silencio que son signos de la presencia de Dios. En esos momentos me siento vulnerable pero, al mismo tiempo, siento fuerza y unidad en mí.
Cuando por el contrario estoy de viaje, solo y lejos de la comunidad, si no he podido permanecer en oración, unido con mi propio centro y en presencia de Jesús, vivo entonces una experiencia de gran vulnerabilidad y fragilidad. Tengo la impresión de que podría ser presa de cualquier viento o quedar atrapado por la primera seducción. Tengo, a veces, la impresión de que no tengo ni fuerza, ni voluntad ni virtud que me protejan.  En tales momentos, trato de entregarme a Dios. Rezo para que me proteja y me guarde de todo mal. Pero vivo una experiencia de gran pobreza.
Jean Vanier, Hombre y mujer los creo P  158

La maravilla de cada día

Una comunidad sólo se crea cuando sus miembros aceptan que no van a lograr grandes cosas, que no van a ser héroes, sino simplemente vivir cada día con nuevas esperanzas, como los niños, con asombro cuando sale el sol y en acción de gracias cuando se pone. La Comunidad sólo se crea cuando se ha reconocido que la grandeza del hombre es aceptar su insignificancia, su condición humana y su tierra, y dar gracias a Dios por haber puesto en un cuerpo finito las semillas de la eternidad que son visibles en gestos pequeños y cotidianos del amor y del perdón. La belleza del hombre está en esta fidelidad a la maravilla de cada día. "
  
 - Jean Vanier, La Comunidad