Desórdenes

Se produce un desorden cuando uno no puede poner sus competencias al servicio de los demás, sino únicamente al servicio de su propia gloria y del propio poder. Se produce un desorden cuando se tienen prejuicios, cuando se cometen errores de juicio sobre los demás, cuando somos incapaces de escuchar y de acoger a las personas diferentes a nosotros, a los extraños; cuando somos incapaces de perdonar. Se produce una cierta muerte interior cuando uno se encierra en sí mismo. La vida no fluye. Ya no se da la vida.
A veces la toma de conciencia de nuestra necesidad de cambiar proviene de la toma de conciencia de la gravedad de los conflictos en el mundo, en la sociedad, en el trabajo y en nuestra familia. ¿Está condenado el ser humano al conflicto continuo, al odio y a la guerra? ¿Es posible la paz? Trabajar por la unidad y la paz en el mundo comienza primero por uno mismo.

Jean Vanier, Cada  persona es una historia sagrada, P 196 

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