Dirigir es juzgar la situaciones y tomar decisiones sabias. El juicio se hace siempre en función de ciertos criterios que representan la meta o la finalidad de la comunidad. Por esto, el responsable siempre debe tener delante de sí lo esencial, debe vivirlo y amarlo. El abad de un monasterio de vida contemplativa debe ser él mismo un hombre de oración, de contemplación. Los responsables de las comunidades de El Arca deben amar la compañía de las personas disminuidas y encontrar en ellas una fuente de vida. El responsable siempre es un modelo y muestra el camino más por su testimonio que por sus palabras.
Jean Vanier , La Comunidad, P 226
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