Cuando se vive en comunidad y lo cotidiano está repleto y es arduo, es absolutamente indispensable tener un momento de recogimiento en soledad, para rezar y para volver a encontrar a Dios en el silencio y en el reposo. Sino, la "locomotora" de la actividad no se parará y uno se convierte en un molino de viento.
Jean Vanier , La Comunidad, P 204
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