El contacto con personas que son débiles y están suplicando comunión y encuentro, es una de las fuentes de alimento espiritual más importante de nuestra vida. Cuando nos permitimos ser tocados por el don de su presencia, ellos dejan algo valioso en nuestro corazón. Si permanecemos en el nivel de "hacer" algo para la gente, podemos quedarnos detrás de nuestras barreras de superioridad. Tenemos que acoger el don de los pobres con las manos abiertas.
Jean Vanier
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