A los padres


Muchos niños no han tenido padres afectuosos. Algunos sólo han conocido a un padre autoritario, que todo lo controla, que suprime su libertad, que no pretende comprenderles ni animarles: o, al contrario, un padre demasiado ausente, que no se interesa por ellos. Otros han tenido una madre depresiva o posesiva, con tendencia constante a impedirles crecer para que fueran siempre "pequeños", atados a ella: hace mal. El niño no soporta una autoridad que no asegure y que no se ocupe de su crecimiento, de su libertad y de su felicidad. Para vivir y crecer armoniosamente, necesita una autoridad que le ame y le respete, que le de referencias claras y una seguridad real. Cuando un niño ha sufrido los efectos de una mala autoridad, de grande tendrá dificultades para ejercerla bien.

 
                                                                                              Jean Vanier, Amar hasta el extremo,  112

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por compartir tu comentario