La vida en el Arca me ha puesto de manifiesto que muchas personas pobres en inteligencia tienen un corazón humilde y amoroso, abierto al mensaje de Jesús, mientras que otras, dotadas de inteligencia y de sabiduría, son intolerantes, están llenas de sí mismas y de prejuicios con respecto a las personas "diferentes".
Jean Vanier, Amar hasta el extremo, P 83
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