Antes del Arca, yo tenía la tendencia a evitar la relación; era más austero, estaba centrado en los estudios y la oración. Tenía miedo de ser vulnerable. Me protegía. Necesitaba actuar, conocer, controlar, enseñar. Había aprendido a hacer el bien a los demás como un jefe, un superior, como alguien que tiene poder y que sabe lo que hay que hace para hacer felices a los demás y llevarles por el buen camino. Abría mi corazón a Dios, pero tendía a mantenerlo cerrado a los demás. Tenía que aprender que no se puede abrir verdaderamente el corazón a Dios si no se abre a los demás.
Yo he descubierto la comunión en el Arca.
Jean Vanier, Amar hasta el extremo P144
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