A pesar de todas las riquezas humanas que se pueden encontrar en una verdadera vida comunitaria, ésta nunca puede llenar totalmente un corazón humano. Siempre habrá sufrimiento procedente de la falta de una intimidad más completa con alguien y de la renuncia a la paternidad o a la maternidad. Incluso cuando se tiene una amistad privilegiada, el hecho de la renuncia a intimidades más totales constituye una insuficiencia. Se renuncia porque se tiene conciencia de no poder vivir hasta el final, y de verdad, las exigencias que implica el darse uno al otro. Se renuncia para ser fieles a los deseos de Dios.
- Jean Vanier, Hombre y mujer los creó, p 148
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por compartir tu comentario