El Dios de la ternura que ama y nos ama, quiere revelar a cada uno de nosotros que somos importantes y preciosos. A menudo nos sentimos importantes porque hacemos “grandes” cosas; cosas admirables y reconocidas. Por lo tanto, debemos ser fuertes, valientes, competentes y mostrar lo capaces que somos de hacer grandes cosas. Sin embargo, el Dios de la compasión nos ama a un nivel más profundo, en nuestras debilidades, nuestra vulnerabilidad, nuestra pequeñez. El Dios que nos acoge nos toma en sus brazos y nos dice: “Te amo como eres”. De esa forma Él nos libera porque todos nosotros somos instrumentos de su justicia, su paz y su amor.
Carta de Jean Vanier Enero 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por compartir tu comentario