Mientras estaba en Ruanda, poco después del genocidio, una joven mujer se acercó a mí y me contó que setenta y cinco miembros de su familia habían sido asesinados.
- Tengo tanta ira y tanto odio en mi interior y no se qué hacer con eso -dijo ella-. Todo el mundo habla de reconciliación, pero nadie ha pedido perdón. Simplemente no se qué hacer con todo el odio que tengo dentro de mí.
- Comprendo, comprendo -le respondí yo.
¿Qué otra cosa podría decirle a una mujer joven como ella que repentinamente se encuentra sola porque toda su familia ha sido asesinada? El problema de ella era que se sentía culpable porque no sabía cómo perdonar y se encontraba atrapada en un mundo de odio y depresión.
- ¿Sabes que el primer paso hacia el perdón es "No vengarse"? -le dije-. ¿Quieres matar a esos que mataron a los miembros de tu familia?
- No -respondió ella. Hay demasiada muerte.
- Bueno -le dije-, ese es el primer paso en el proceso del perdón. El primer paso.
Jean Vanier, Al encuentro del otro, P 116
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