Fidelidad y ternura

En nuestra época en que hay tantas infidelidades, matrimonios rotos, relaciones truncadas, personas que no han sido fieles al amor que prometieron, hijos enfrentados a sus padres...es cada vez más necesario que surjan comunidades, signos de fidelidad. Aunque sean de estudiantes, de amigos, aunque se reúnan sólo por un tiempo y puedan ser signos de esperanza. Pero es aún más importante la presencia de comunidades donde los miembros vivan fielmente toda su vida una alianza con Dios, entre sí y con los pobres. Estas comunidades se convierten en signos de la fidelidad de Dios.

La palabra hebrea hesed expresa dos realidades: la fidelidad y la ternura. En nuestra civilización podemos ser cariñosos pero infieles, como podemos ser fieles sin ternura. El amor de Dios es a la vez ternura y fidelidad. Nuestro mundo espera comunidades que tengan ternura y fidelidad. Y están surgiendo. 

 

Jean Vanier, La comunidad, P 75.

 

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