Tanto en una familia como en una comunidad del Arca, se viven momentos de extraordinaria alegría. Amor y confianza mutua, la llegada de un hijo, la alegría de ser fuente de vida.
Pero no todo es tan sencillo. En una familia, un niño llora en mitad de la noche, despierta agresividades y puede incluso generar conflicto entre el padre y la madre que ven la educación de una forma diferente. Lo mismo ocurre en El Arca con la persona con una discapacidad. no todo es tan sencillo; despierta igualmente agresividades y puede suscitar
Estas son un peligro y una ocasión: un peligro de separación, pero también una ocasión de encontrar una unidad más profunda. De todas formas el pequeño y el débil apelan al crecimiento y a la responsabilidad; apelan a una unidad y ayudan desde ahí a superar las divergencias superficiales para encontrar lo más fundamental.
Jean Vanier, Cada persona es una historia sagrada, P 186
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