Cuando descubrimos nuestra capacidad para odiar y lastimar, es humillante. No somos parte de una elite, de hecho, ¡estamos muy lejos de serlo! La gente que nos alaba por trabajar al lado de gente con discapacidades intelectuales, nos sumerge en una mayor confusión porque no sólo somos capaces de la violencia, sino también podemos ser hipócritas escondiéndonos detrás de máscaras.
Jean Vanier, Cada perrsona es una historia sagrada p 78
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