Siempre he querido escribir un libro que se llamara: El derecho a ser malo. Aunque con más justificación se podría llamar: El derecho a ser uno mismo. Una de los grandes dificultades de la vida comunitaria consiste en que a veces se obliga a los demás a ser lo que no son; se les recubre de un ideal al que han de conformarse. Se espera demasiado de ellos y con rapidez se les juzga y se les coloca etiquetas. Si no llegan a identificarse con la imagen que se han hecho los demás de ellos, temen que no se les quiera o, por lo menos, temen decepcionarlos. Y se sienten obligados a esconderse detrás de una máscara.
Jean Vanier, La comunidad, P 54.
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