Las personas con discapacidad intelectual, por lo general incapaces de pensamiento abstracto, a menudo son más capaces de dar bienvenida a la presencia de los demás. Al ser menos competitivos, son los mejores para crear comunión. Esta capacidad oculta los hace más dispuestos a recibir la presencia del Dios del amor.
Jean Vanier, Cada persona es una historia Sagrada
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por compartir tu comentario