Cada vez me siento más conmovido por el sufrimiento y las dificultades de los padres (de personas con una discapacidad intelectual). Nosotros, en El Arca, tenemos jornadas de descanso, tiempos de reciclaje, una formación. Hemos elegido vivir con personas con una deficiencia. Los padres, por su parte, no han elegido tener un niño "así"; para ellos es un drama, una humillación personal, un sufrimiento. No tienen un día de descanso; disponen de poco apoyo y de ninguna formación. En el Arca, a veces somos admirados por nuestra dedicación. Los padres, a menudo, son humillados. Toda una escuela psicológica los condena: se dice que tienen parte de culpa por tener un hijo "así", sobre todo cuando se trata de un hijo psicótico. Hay padres heroicos que viven todo el día, y a veces despiertos por la noche, con niños difíciles, perturbados. Cerca de sus casas no hay colegios ni talleres; ni psicólogos ni médicos que les aconsejen. Se encuentran terriblemente solos, abandonados en ocasiones por sus familias, sus amigos, los vecinos, la Iglesia. Se sienten castigados por Dios, y entonces, se encierran en el aislamiento y en la angustia.
Todos estos sufrimientos se reflejan en su hijo. Para un hijo es terrible sentir que es una decepción para sus padres.
Jean Vanier, Hombre y mujer los creó, p 22
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