Con el nacimiento de Jesús en Belén, hace más de 2000 años, las palabras del ángel anunciaban una luz escondida en la negra noche: Israel bajo el yugo de los romanos, las divisiones interminables en el mismo seno del pueblo judío, los poseedores de la autoridad encerrados detrás de un poder que defendían con violencia; y todos los pobres, los leprosos y los mendigos vivían relegados. Lo que ahora vivimos tal vez no difiera tanto a la situación de aquel entonces. La historia se repite. Tanto hoy como ayer, los mensajeros de Dios continúan anunciando una liberación de corazones, una 2 alegría, una paz que brota del Corazón de Dios. ¡La paz es posible, siempre y cuando la busquemos y trabajemos por ella, cada quien desde donde está!
Carta de Jean Vanier, Noviembre 2005
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