Dar lugar a los errores

A veces hay que dejar a la persona "que se pille los dedos"; es necesario respetar el derecho al fracaso porque, para algunos, solamente a través del fracaso constatado y aceptado, a partir del cual se inicia un diálogo, puede comenzar un verdadero crecimiento. ¿Se puede crecer de verdad hacia un amor más grande si no hay lugar para cometer errores? El padre del hijo pródigo dejó que su hijo se fuera, sabiendo que podía hacer tonterías. En cada uno de nosotros existen estas ilusiones; uno cree que lo sabe todo, que no hay peligro y que se puede desenvolver solo evitando escuchar a alguien con más experiencia. O bien se obedece exteriormente, pero con mucha rabia interior. Sí, a veces es necesario que las personas conozcan el fracaso. 
Jean Vanier, Hombre y mujer los creó, P 60

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