"Abdul", el niño perdido

En nuestro hogar del Arca en Bangalore, en India, recibimos un día a un joven con una gran discapacidad, que había estado viviendo en la calle. Estaba muerto de hambre y mugriento. Gracias al gorrito que usaba supimos que era musulmán. Cham, un hombre con discapacidad, que vivía en el hogar desde hacía tiempo y que desciende de una familia de brahmanes (Hindúes), ofreció compartir su habitación con el recién llegado. Abdul, como decidimos llamarlo, fue abriéndose poco a poco. Aprendió a caminar y a hacer muchas de las cosas que hacían los demás. Un día fue con un asistente a la mezquita del barrio. De pronto, se oyó un grito: "¡Elías!" . Era el primo de "Abdul". El niño perdido había sido hallado.
Días después, toda su familia musulmana vino al hogar. El padre, un hombre mayor, nos dijo: "Mi hijo es feliz aquí ¡Ha hecho tantos progresos! Nos gustaría que se quedara con ustedes". Una gran amistad fue creciendo entre la comunidad del Arca y esa familia. Suele suceder que los más débiles, los menos reconocidos, son quienes logran reunir personas muy distintas, no sólo dentro de la comunidad, sino también entre vecinos, amigos, familias... señalándonos el camino de la paz. 
Jean Vanier, Busca la paz, P 40

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